Desde hace un tiempo, Torpedín y yo aprovechamos una tarde entre semana para ir a la biblioteca. A él le está flipando el concepto de que te puedas llevar libros, los leas y luego los devuelvas. Se vuelve loco con toda la oferta, pero es sorprendente ver cómo tiene claro cuáles quiere llevarse a casa y cuáles no le importa dejar para otro día. Tomar decisiones es importante para su desarrollo, y cualquier oportunidad es buena.

Ayer encontró un libro que también a mí me ha llamado la atención. Me rechiflan los cuentos infantiles, y cuando encuentro alguno que me engancha, soy yo la que no paro de hojearlo. Este libro de Agnese Baruzzi es curioso, porque parte de objetos cotidianos que se pueden mirar de “otra manera” y pasan a ser parte de divertidos e inquietantes monstruos. Una flor que pasa a ser la capa de un vampiro, un cucurucho de helado que alberga una malvada bruja o un puchero de sopa que tiene un zombie dentro. El libro de llama "El Regreso de los Monstruos Patas Arriba". Es un cuento manipulativo, en el que una pieza móvil que gira alrededor de un centro, puede cambiar al variar su posición, dramáticamente la ilustración. A Torpedín el mundo de Halloween y los monstruos, brujas y similares le fascina. A veces le da un poco de miedo, pero no puede dejar de mirar. "Doli-gusti" que se llama (así llamamos en Pilates a los estiramientos que duelen pero a la vez te dejan nuevo y molan).😏