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Safari Madrid: un planazo para peques y mayores

Nai • nov 12, 2019

El zoo del siglo XXI

En Madrid hay un lugar donde los que están atrapados dentro de un coche son los humanos, y quienes campan a sus anchas son los leones, las cabras y los camellos. Sí, te hablo del Safari Madrid. Se encuentra a unos 40 km del centro de Madrid en una localidad llamada Aldea del Fresno. Es un lugar maravilloso que concentra en 80 hectáreas a 220 especies y 500 animales. 

Es un planazo tanto para la primavera y el verano (época en la que además habilitan las piscinas con toboganes) como para el otoño y el invierno (siempre que no llueva), ya que la mayor parte del parque la vas a disfrutar desde el interior del coche. 

Hoy en día somos muy conscientes del sufrimiento animal que supone el tener a los animales en cautividad en según qué condiciones. Algunas familias se niegan a ser partícipes del sistema, y no llevan a sus hijos a zoológicos. El caso del Safari es distinto. Muchos de los animales del Safari viven en semilibertad. Es el visitante el que se mueve en su vehículo entre avestruces, ciervos o caballos de Przewalski en amplios terrenos donde los animales se mueven a sus anchas. Vete cargado de zanahorias (o cómpralas allí) ya que puedes bajar la ventanilla y se hacerte selfies con las cebras mientras les das un tentempié.

El origen del parque se remonta a 1975. Cuando era utilizado como un sitio de paso de animales que traían de África. Dejaban aquí a los animales antes de llevarlos a un zoo. Hoy día se esfuerzan porque sea un centro de investigación y divulgación, organizando visitas de colegios y llevando a cabo una bonita misión educativa. Sin centros cómo éste sería muy difícil estudiar el comportamiento de los animales para intentar protegerles y evitar su extinción. En el Safari pretenden sensibilizar a la gente sobre el cuidado de los animales y dan al visitante la posibilidad de estar en contacto con ellos y ver cómo se les cuida. Así es más probable concienciar a quien visita este centro de la importancia de que estas especies sigan habitando nuestro planeta.

Cuando vayas al Safari, no te pierdas el Mini Zoo. Ese es el lugar donde se han recreado los hábitats medioambientales de los animales, utilizando materiales ecológicos. Se pueden encontrar tigres de Bengala, pumas, jaguares o linces rojos. Muchos de los animales forman parte de un programa en coordinación con el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) que consiste en incautar ejemplares que viajan de forma ilegal. 

Nuestro espacio favorito, sobre todo el de Torpedín, es el Rincón de los Mansos. Un gran espacio lleno de cabras donde puedes entrar con tus hijos a darles de comer. Es divertidísimo sentirse perseguido y asediados por quince cabras y ver a los peques seguirlas y huir de ellas al mismo tiempo. Lleva el móvil preparado para hacer unos vídeos muy graciosos. 

Nada más llegar hazte un planning con los horarios para no dejar de ver la exhibición de aves rapaces (verdaderamente espectacular) que hará las delicias de pequeños y mayores y dónde aprenderéis un montón. El Reptilario es también una pasada, y tienen un a charla sobre reptiles muy interesante. 

El precio de la entrada es de 18 euros para los adultos y 14 para los niños. Puedes llevarte un picnic y comer en una de las múltiples áreas que tienen diseñadas para ello, o comprar allí tu comida en alguno de los quioscos en el interior del parque. Nosotros siempre que vamos comemos en un restaurante de menú del día (no tienen otra cosa) que hay justo antes de pasar por las taquillas con el coche a la derecha. La comida en sí no es muy allá, pero es barato y está al lado de un lago con patos (filón para los niños) y tiene un parque infantil al lado del comedor exterior (filón para los padres). Si hace frío y quieres comer dentro, también tienen entretenimiento para los peques. No será comida de estrella Michelín, pero comes tranquilo (y hay un momento en la vida en que se valora mucho esto último, ¿no te parece?). Por si acaso hace bueno y tu peque quiere jugar en el lago, llévate calcetines, zapatillas y ropa de cambio, porque puede acabar hecho una sopa.

Si quieres conocer a los elefantes asiáticos Alice y Baby, a la jirafa Beckham, a los leones Amanda y Rufino, al jaguar Vareta o al rinoceronte blanco Serrano, recuerda que no hace falta irse muy lejos. 
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