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Gestionando Hijos. Madrid 2019

Naiara Briones Araluce • nov 18, 2019

Todo lo que nos queda por aprender. Parte 1

El sábado pasado fuimos al evento de "Gestionando Hijos" en Madrid. Como padres creemos que es nuestra responsabilidad la de seguir formándonos para hacer nuestro trabajo más importante de la mejor manera posible. Vemos normal hacer formaciones en el trabajo, pero a veces se nos olvida que nadie nos ha enseñado a ser padres, y no adquirimos los conocimientos necesarios de manera automática en el momento que nuestros bebés asoman la cabeza en este mundo. Como padres tenemos que leer, informarnos, evaluar constantemente las decisiones que tomamos y sobre todo no caer por defecto en el "así se ha hecho toda la vida" o en el también socorrido "pues a mí me educaron así y no he salido tan mal".

Para esto es fundamental seguir cuestionándonos qué estamos haciendo día a día con nuestros hijos. Acudir a "Gestionando Hijos" nos ha dado mucha perspectiva, y sobre todo hemos conocido a una serie de profesionales que nos seguirán haciendo de brújula en los meses y años venideros. Hoy he decidido hacer un pequeño resumen de lo que nos contaron el sábado, que fue mucho. Tanto, que lo voy a dividir en dos partes para no empacharos de conocimiento. Mañana os dejo la segunda parte.

Retomamos la ma/paternidad el sábado muy inspirados, con energía renovada y las cosas mucho más claras. Por eso os animo a acudir a estos eventos (física o virtualmente, ya que también lo retransmitieron por Facebook Live). A veces te centras más en apagar los fuegos del día a día (que son muchos) y pierdes el foco en el medio y sobre todo el largo plazo, que es lo importante.

Os enumero a los ponentes, la frase con la que me quedo de su ponencia, y un resumen. También me ha parecido interesante indicaros libros que han escrito algunos de ellos que seguro que os pueden interesar para ahondar en sus visiones.

Javier Palop (Director Ejecutivo de la Fundación sm)

"La Educación se nutre desde las cuatro Ces"

*Confianza- la confianza mutua que hará que el niño pueda crecer con seguridad y su cuidador con la tranquilidad de saber que las semillas que está plantando darán su fruto.
*Compromiso- la ma/paternidad es el mayor compromiso que una persona puede adquirir en su vida.
*Corazón- es el principal elementos que debemos invertir en la educación de nuestros hijos.
*Cuidado- a todos los niveles, desde los cuidados más básicos como la alimentación o la higiene, hasta los más elaborados como la alimentación del espítiru y las inquietudes y valores de nuestros pequeños.

A estas cuatro Ces, Lucía Galán (quizá la conozcas como Lucía mi pediatra, y, si no la conoces, ¡ya estás tardando!) añadió muy sabiamente la Cooperación. Debemos formar a nuestros hijos en la ayuda a los demás. En ser conscientes de lo afortunado de su posición en el mundo, y en ayudar a quien lo necesite desde la humildad.

Me quedo también de Javier Palop con que el desayuno debería ser nuestro gran momento educativo. Desayunar sin prissas y dedicar a nuestros hijos esos 20 o 30 minutos por la mñana que es cuando más receptivos y descansados están. El problema es el de siempre: muchas veces los horarios no son compatibles. Para nosotros a día de hoy es complicado, pero ya hemos hecho ajustes para retrasar la cena del peque un poco y adelantar la nuestra y poder tener ese momento por las noches con la cena. No será el momento en que estemos más descansados precisamente, pero tendremos muchas cosas que contarnos.

Marian Rojas Estapé (Psiquiatra, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra. Trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, en Madrid)

"Los creadores de las grandes redes sociales hacen con ellas lo mismo que la mafia con las drogas: Nunca consumir ellos o sus familias. Que consuman los demás. Y esto es porque son conscientes de las consecuencias"

Marian empezó por contarnos la historia de una influencer que fue a su consulta porque sentía que su vida era un caos, pero los likes de sus cientos de miles de seguidores era la droga que le permitía seguir viviendo. Hoy día gestionamos el estrés y el aburrimiento a través de las pantallas y las redes sociales. Y nuestros hijos lo aprenden de nosotros, porque es como les mantenemos entretenidos a ellos.

Cuando un bebé nace y su atención es aún muy inmadura, lo único que la capta es el sonido, el movimiento y la luz. ¿Qué ven nuestros hijos en las pantallas? Precisamente eso. El problema es que, según sus cerebros van madurando, si no les enseñamos a prestar atención a otros aspectos "menos espectaculares" del mundo, su capacidad de atención solo será capaz de estar focalizada en este tipo de input. Queremos que nuestros hijos estén atentos cuando les contamos una historia, cuando un profesor habla en clase, cuando ven el arco iris al caminar por la calle. Pero les damos una pantalla para que estén calladitos y entretenidos a la menor oportunidad. Frenamos su capacidad de asombro y creatividad. Si le pones una pantalla a un niño pequeño limitas sus habilidades motoras, su tendencia a expandirse, su capacidad de concentración. Después de todo, los gurús digitales crían a sus hijos sin pantallas. ¿No es paradójico? Aquí tienes el porqué.

Cuando nuestros hijos son algo mayores y acceden a las redes sociales, aprenden la gratificación inmediata de los "likes". Está estudiado que ver que lo que mostramos en redes sociales tiene un reconocimiento en los demás, produce chisporretazos de la hormona del placer (dopamina) en el cerebro. Después de la borrachera de la dopamina, viene el síndorme de abstinencia, que nos mantiene enganchados y queriendo más. Las redes sociales se generaron para crear adictos.

Si nuestros hijos crecen inmersos en la círculo vicioso de la gratificación instantánea, nunca aprenderán a postponer la recompensa. Esto es algo fundamental para llevar a cabo cualquier proyecto en la vida. Hay una parte del cerebro que se llama córtex prefrontal. Es una región cerebral que está involucrada en la planificación de comportamientos cognitivamente complejos, en la expresión de la personalidad, en los procesos de toma de decisiones y en la adecuación del comportamiento social adecuado en cada momento. Se considera que la actividad fundamental de esta región cerebral es la coordinación de pensamientos y acciones de acuerdo con metas internas.  En el cerebro se cumple la máxima de "use it or lose it". Las zonas del cerebro que no utilizamos habitualmente van perdiendo sus capacidades. ¿Quién tiene mejor memoria desde que exite Wikipedia? ¿Quién se orienta mejor desde que utiliza Google Maps? Si los cerebros en desarrollo de nuestros hijos no llegan a madurar correctamente, esas cortezas prefrontales inmaduras, no podrán madurar.

3 tips de Marian para madres y padres del mundo:
- Apaga las notificaciones del móvil
- Disminuye el uso de la red social donde seas más activo
- Cuando estés con tus hijos, ten el móvil en modo avión


Carmen Guaita (Licenciada en Filosofía. Maestra especialista en Ciencias Sociales y en Pedagogía Terapéutica. Acreditada para la dirección de centros escolares. Responsable del blog La sala de profesores).

"Nuestros hijos son masters en la mirada. Siempre nos están mirando. Aprenden por los ojos, no por los oídos".

Cuando vimos a nuestro hijo/a en este mundo por primera vez el día de su nacimiento, todos tuvimos un único deseo en mente: "Que sea feliz". Para ello, tenemos que darles tres cosas fundamentales: amor, cuidado y brújula.

Carmen nos hizo pensar en silencio y con los ojos cerrados en cinco cualidades de nuestro hijo/a. Cuando abrimos los ojos, nos preguntó: ¿ello saben esto? ¿Saben que estáis profundamente orgullosos de ellos/as? Pues hay que decírselo. Es muy importante.

Carmen nos enseñó que los niños vienen al mundo y ya tienen un monton de Máster:
*Máster en la mirada: aprenden por lo que nos ven hacer, y no por lo que les decimos que hagan. Debemos intentar salir de nosotros mismos, mirarnos desde fuera y replantearnos cómo nos dirigimos a ellos, cómo les  guiamos y qué ejemplo les damos.
*Máster en individualidad. Deja de verte reflejado en tus hijos, y deja de ver sus cualidades y defectos como una réplica de las tuyas o de las de tu pareja u otros familiares. Trátales como lo que son: seres únicos en el mundo.
*Máster en escala de prioridades. Un niño tiene muy claro que lo más importante es estar con su familia. Pasar este momento, y todos los momentos juntos. Un niño que nos siente ausentes, sufre.
*Máster en organización social. Ellos siempre nos piden límites, y nostros estamos obligados a establecerlos como adultos para decirles por dónde pueden probar y por dónde no deben hacerlo.
*Máster en sentir, pero muchas veces no saben ponerle nombre a sus sentimientos. Somos nosotros quienes debemos ayudarles a hacerlo. Empieza por preguntarles al salir del cole: ¿cómo te has sentido hoy en el cole? o ¿Cuál ha sido tu momento favorito del día? en vez de ¿Qué has hecho? o ¿A qué has jugado?
*Máster en hacer preguntas. Y lo que debemos hacer es formularles también muchas preguntas a ellos. Para que pongan a funcionar esas cabecitas y para que estructuren el pensamiento.

Para terminar con todo lo que nos transmitió Carmen, mi otra frase maravillosa de la ponencia: "La familia es la unidad mínima del cariño".

¿Quieres saber más? Ha escrito varios libros. entre ellos,  "Lo que mis alumnos me enseñaron"

Juan Llorca (Chef con más 23 años de profesión y apasionado de la nutrición y alimentación infantil. Responsable de Valencia Montessori School, primera escuela 100% Montessori en Valencia. Aquí tienes su web con recetas buenísimas).

"Lo más importante que os quiero transmitir en cuanto a la alimentación de vuestros hijos hoy empieza por el RESPETO".

Así empezó Juan, con una diapositiva con la palabra "Respeto" bien grande. Nos lanzó una pregunta "¿Quién de aquí puede decirme cuánta hambre tengo yo ahora mismo?". Obviamente, la respuesta era: nadie más que Juan mismo. Fue entonces cuando nos hizo darnos cuenta de que, cuando vamos dejando la lactancia a demanda (materna o artificial) donde respetamos el apetito y los ritmos del bebé, de repente empezamos con la alimentación complementaria y parece que tenemos la sensación de que sabemos exactamente cuánto tienen que comer nuestros hijos: lo que aleatoriamente hayamos decidido nosotros poner en el plato. "Y te lo tienes que comer todo". Pero, ¿por qué? Juan nos enseñó una diapositiva en la que se mostraban las necesidades nutricionales de un niño de dos años. Y la horquilla era enorme. Un niño podía comer casi el doble que otro de la misma edad, y estar dentro de lo normal. Por eso debemos respetar el hambre que tienen nuestros hijos. Porque solo ellos saben el hambre que tienen.

Nos contó la anécdota de un niño que una vez en el colegio le pidió solo un garbanzo del cocido que él había preparado para comer. Un garbanzo. Se lo comió, y se fue. La siguiente vez que comieron garbanzos, pidió dos garnanzos, se los comió, y se fue. A pesar de su frustración en ese momento, Juan decidió respetar que solo quisiese comer esa, a priori ridícula, cantidad. Y a día de hoy parece ser que los come sin problema. A este respecto, Lucía Galán nos explicó que un alimento tiene que pasar unas 10 o 12 veces por la faringe de un niño para que el cerebro reconozca el sabor. Puede ser que nos diga 10 veces que no le gustan los garbanzos, y de repente un día se coma un plato y medio y a partir de ahí le encanten. Me encantó descubrir la explicación científica a un fenómenos que todos hemos vivido en casa alguna vez.

Una última idea de Juan: La clave está en comer en familia. Recuerda que, como dice Margaret Chan, Directora General de la OMS: "Ninguno de los factores que intervienen en la obesidad infantil está bajo el control del niño".

Yo soy fiel seguidora de Juan Llorca, y en casa hacemos muchas de sus recetas. Por supuesto, tenemos sus libros y soy muy fan de su forma de entender la nutrición infantil. Me hizo mucha ilusión verle en directo y me reí muchísimo.

"En boca de todos" para alimentación infantil después del primer año.
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